De nuevo, como un imán, la capital ha vuelto a atraerme a esa especie de vorágine y locura que, almenos para mi, me resulta. Tal como Barcelona, Madrid es una cuidad que respira, que palpita y que nunca descansa, así que, inevitablemente, cada equis tiempo, le debo una visita, a ella y a los amigos que he ido haciendo viaje tras viaje.
Y con la suerte de que Jordi Chicletol y Mr. K! (aka La Rara) pinchaban en V, hicimos unas cuantas fotos que ya subiremos a TNB.

